Indispensable, la Mahabba (el Amor) es el secreto de la vía que conduce hacia Allah (swt). Es la prueba misma resultado concreto de (quien adquiere) Su conocimiento.
Una vez adquirido el Amor, deberá ser nutrido, diariamente, mediante las buenas acciones, el perdón y la generosidad entre hermanos.
Aquellos que pretenden amar a Allah (swt) y a Su Mensajero (saws), sin haber pasado por (el camino de) la hermandad sincera (sin haberla saboreado) se encuentran realmente en el engaño.
Deberíamos exprimir nuestros corazones cuando sintamos que la Mahabba los ha llenado (y que muchos otros se beneficien con este Amor).
Esta narración auténtica revela los efectos de la Mahabba y como embellecen la conciencia.
La única condición necesaria es amar a Allah (swt), sin tener ningún otro interés efímero.
Fue reportado por Malik de parte de Abī Hāzim ibn Dīnār que Abu Idris Al-Khawlânî dijo: «Al entrar a la Mezquita de Damasco, vi a un joven hombre cuya sonrisa era luminosa (lit. sus incisivos brillaban) rodeado de gente.
Cuando entre la gente había alguna diferencia de opinión respecto a algún punto, se remitían a él (asnadû ilaihi) y se basaban en su palabra. Entonces le pregunté a alguien respecto a este joven y me dijo que se trataba de Mu’adh Ibn Jabal. Al día siguiente me fui temprano a la mezquita, pero vi que ya estaba allí desde antes, y se encontraba realizando su oración. Esperé hasta que finalizó y me acerque a él, le di el Salam y le dije:
* ¡Te amo por Allah!
* Él contestó: ¿¡Por Allah!?
* Yo dije: ¡Por Allah!
* Él dijo: ¿¡Por Allah!?
* Yo repetí: ¡Por Allah!
* Y volvió a preguntar: ¿¡Por Allah!?
* Yo respondí nuevamente: ¡Por Allah!
Entonces me tomo por mi manto atrayéndome hacia él, y me confío lo siguiente:
“Alégrate! pues escuche decir al Mensajero de Allah, que la Paz y las Bendiciones de Allah sean con él: » Allah, Bendito y Exaltado sea, dice: Yo doy mi amor a aquellos que se aman por mí, a los que se reúnen por mí, a quienes se separan por mí y a los que se abandonan en mí .»