¡Vamos, vamos juntos!

¡Vamos, vamos juntos!

Y entre las antiguas qasidas que canta la gente de Allah que se mantiene en el Recuerdo (dhikr), se encuentra el poema ¡Vamos, vamos juntos! Escrito por la extraordinaria pluma, en estado de anhelo, del sheikh Mohammad Al-Madani, rahimu Allah. En él invita a sus hermanos de entre los creyentes, a que se apresuren y vayan sin demora al “Jardín de los justos y al círculo de los que Le recuerdan”. Ciertamente son los Jardínes del Paraíso (Al Jannah), ganados en este mundo antes de la otra vida.
Sencillez en las palabras y dulzura en los significados. Palabras cercanas al Señor de los Mundos.

  1. ¡Vamos, vamos juntos! * al Jardín de los Justos.
  2. ¡Vamos, vamos juntos! * a saborear el vino [[Al Khamra (خمر‎). Por “Vino” los sufíes designan a la Esencia Suprema (al-dhl al-‘aliyya) antes de la irradación teofánica y los secretos inherentes a las cosas después de la irradiación. Ellos dicen: “el Vino eterno se ha epifanizado (tajallat) en tal cosa y bajo tal cualificación (na’t). De él tienen existencia las cosas, envolviendo con un velo el secreto del Señorío (sirr al-rubūbiyya).

    Ibn al-Farid lo ha cantado en su Khamriyya. Si los sufís lo han nombrado “Vino” es porque como él irradia a los corazones, estos pierden el sentido como si hubieran bebido vino material. A menudo también, designan por “vino” la ebriedad misma (al-sukr), así como la emoción del encuentro extático -éxtasis- (wajd, wijdān). Ellos dicen “estábamos en un vino maravilloso”, es decir, completamente ausentes de las cosas sensibles.
    Al-Shushtarī ha cantado este estado en el siguiente verso: “su vino no tiene la excelencia del mío; mi Vino es eterno”.

    Al hablar de la “copa” (ka’s)… alguien ha dicho: “la copa es el corazón del sheikh.
    ]] de los gnósticos.
  3. ¡Vamos juntos a donde ellos! * Ellos son la gente de Allāh, la gente del Recuerdo.
  4. nuestros señores, la gente de la Perfección * gente de Allāh, los que poseen taqwa[[Al taqwā (تقوى). La “piedad” es conformarse con las órdenes (divinas) y evitar lo que disgusta a Allāh, en acto y pensamiento, centrarse en la obediencia y alejarse de las trasgresiones. La piedad del vulgar consiste en evitar los pecados (ijtināb al dhunūb); la de la élite a vaciarse de sus faltas (‘uyūb); y la de los elegidos de la élite a abstraerse (ghayba ‘an) todo lo que no es Allāh retirándose (bi’l-‘ukūf) en la Presencia de Aquel que conoce los misterios.
    La raíz waqā evoca la idea de protegerse, de guardarse (wiqāya) de la Cólera Divina, como se recoge en numerosos pasajes coránicos (por ejemplo LXVI, 6: “¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! Guardaos vosotros y a aquellos próximos a vosotros de ese fuego [del más allá] cuyo combustible son los seres humanos y las piedras: [velando] sobre él hay poderes angélicos, duros [y] severos, que no desobedecen a Dios en lo que les ordena, sino que ejecutan [siempre] lo que se les ordena hacer.”
    La raíz ‘akafa: consagrarse enteramente a alguna cosa o a alguien, de donde viene la palabra i’tikaf, el “retiro piadoso” que se practica en la mezquita durante los últimos diez días de Ramadán y, por extensión, el “retiro espiritual” o kahlwa de los sufíes.
    ]].
  5. El que se sienta con ellos no es desdichado * hadith[[Hadith: Abû Huraira dijo: ‘El Mensajero de Dios (B y P) dijo: «Dios tiene ángeles que buscan por los caminos a quienes mencionan y recuerdan a Dios.
    … Uno de los ángeles dice: ‘Los acompaña fulano que no es de ellos sino que vino por alguna necesidad’ y Dios dice: ‘Estos son los compañeros cuyos acompañantes no serán desgraciados’»’.
    ]] del mejor de los Mensajeros.
  6. Y su mejor amigo no será hostigado * ciertamente, son un bastión inexpugnable.
  7. Nuestro Señor se vanagloria de ellos * Sus siervos más cercanos[[Al-Qurb. (القرب). Por “proximidad” (Qurb) se entiende la proximidad del siervo frente a su Señor, que resulta de la obediencia y de la Gracia (Tawfiq). Hay tres grados de proximidad: la que se produce por la obediencia y la abstención del pecado; la que se produce por los ejercicios espirituales y la disciplina interior (mujāhada); y la que se produce por la unión mística (al wuṣūl) y la contemplación (mushāhada). En un hadīth qudsī Allah swt ha dicho: “La manera más excelente que Mi servidor tiene de acercarse a Mí es cumplir las obligaciones que Yo le he encargado. Mi servidor se acerca continuamente a Mí a través de obras meritorias hasta que Yo le amo y cuando Yo le amo, Yo soy su oído a través del cual oye. Yo soy su vista a través del cual percibe. Y soy su lengua con la que habla, Y soy su mano con la que atrapa, Yo soy su pie con el que camina. Y si Me solicita, Yo le concedo sin duda lo que pide, y si busca refugio en Mi, Yo le acordaré sin duda Mi protección.». La proximité (al qurb), para el siervo consiste en permanecer, con su corazón, a disposición de su Señor y en Su intimidad.]] (muqarrabīn).
  8. Por amor a ellos (Él) nos perdona * y el amor es una base sólida.
  9. Vamos juntos a nuestros deberes * los principios de la ley (shari’a[[Sharī’a. (شَرِيعَة‎). La «ley» religiosa (al-sharī’a) es la responsabilidad (taklīf) que incumbe a los órganos externos; la “vía” espiritual (al ṭarīqa) es la purificación de las conciencias; y la “verdad” (al-ḥaqīqā) es el hecho de ver a Allāh (Al-Haqq) en las irradiaciones epifánicas (fī tajalliyāt al-māẓāhir).
    … La ley tiene por objetivo purificar los órganos externos (ẓawāhir), la vía a purificar las conciencias (damāìr), mientras que la verdad embellece el fondo de los corazones (sarā’ir).
    …Entre los sufís, se entiende a veces por sharī’a todo aquello que conduce a una cosa, o todos los medios de obtener una cosa. Así, todos los medios (asbāb) son leyes (sharā’i’) et todos los objetivos (maqāṣid) son verdades (ḥaqā’iq); en este sentido, lo sensible es la “ley” de lo inteligible, puesto que esto último se alcanza a través de lo primero; el combate interior en la “ley” de la contemplación; la humildad es la “ley” de la grandeza; la pobreza es la “ley” de la riqueza, etc. A su vez, el trabajo y la siembra son la “ley” de la cosecha, de ahí el dicho: “el que siembra leyes recoge verdades y quien siembra verdades cosecha leyes”. Esto segundo significa que las verdades (en tanto que ellas se implantan en el corazón del hombre) le hacen revenir a las leyes.
    ]] ) evidente.
  10. fundamento de la Qurba (proximidad a Allāh) * (Y ella es el) Jardín de los que han llegado (los realizados).
  11. Vamos juntos hacia el Elegido (Muṣṭafā) * la mejor de todas las criaturas.
  12. océano de ciencia y fidelidad * nuestro intercesor el Día del Juicio.
  13. Visitemos su mausoleo iluminado * posando las mejillas en el suelo.
  14. Vayamos allá, deprisa * vayamos con júbilo.
  15. Por amor a él, mi razón vuela * al Jardín de los Amantes.
  16. Allí permanecemos cautivos * del Imām de los Enviados.
  17. Que nuestro Señor lo bendiga * y a sus compañeros y seguidores.
  18. y a su familia, gente digna de alabanza * y a los miembros puros de su familia (Ahl-Al Bayt).
  19. Vamos juntos, revivamos los corazones * mediante el dhikr al Señor de los Mundos (Rabbi l-ʿālamīn).
  20. hasta que alcancemos lo anhelado * en presencia de la Esencia Santísima.
  21. Vamos juntos, revivamos la sunnah * para que seamos al muqarrabīn (próximos de Allāh).
  22. gente de la excelencia y la bondad * gente de buenas cualidades y perfección (al kāmil).
  23. Oh, Señor nuestro, por el honor * de los Profetas y Mensajeros.
  24. perdónanos, por el amor a ellos * y por el amor al mejor de los Mensajeros.
Reflexiones respecto a Surah Al-Waqiah

Reflexiones respecto a Surah Al-Waqiah

En el nombre de Allah, el Clemente, el Misericordioso

Que Su paz y Su bendición envuelvan a la realidad Muhammadii

Introducción a las reflexiones

Para los creyentes, el Corán es, más que ninguna otra cosa, fuente inagotable de guía. Clara y evidente, la Palabra Divina (Kalamullah) es vehiculo de autenticas enseñanzas e inagotables significados.
Allah (swt) me ha honrado con estos humildes pensamientos que compartiré con mis hermanos, todo error es mío y toda luz de justicia es gracias a Allah (swt).

Estos pensamientos no son en absoluto un comentario de la Surah 56, y mucho menos una exégesis temática, se trata, muy modestamente, de plasmar en el papel las ideas que me inspira esta hermosa Surah.
Si nuestros Piadosos Predecesores llamaban a este capitulo como Surah Al-Ghina, la de la riqueza o abundancia, por contener los Tesoros de la Unicidad y las preciadas Perlas del Conocimiento.

Ibn ´Atiyya (exegeta y sabio andalusí) dijo: “Esta Surah contiene la descripción de la Resurrección, las retribuciones de la gente en La Ultima Morada (Al-Akhira). Comprender esto es una riqueza que no será afectada nunca por la pobreza. Quienquiera la entienda estará preparado para el mas allá.”

Todas las nociones del Islam, las estaciones espirituales, la información y las indicaciones para el caminante constituyen un inmenso “Jardín para los conocedores” donde todos pueden recoger las más hermosas flores y saborear sus frutos predilectos.
Esta Surah es un agradable viaje, una verdadera ascensión, en la cual se valora cada alto, el cual uno es más apacible que el otro. Este viaje se inició con su destino final, el Waqiah, o la llegada de La Hora Cierta.
Luego Allah evidenció cual seria la recompensa reservada a cada una de las tres diferentes categorías de seres. Así mismo, invitó a nuestros intelectos y a nuestros corazones a meditar respecto a las manifestaciones del cosmos donde el universo es constituido. Luego, son presentadas las preciosas descripciones de la Palabra Divina. La integridad de la Surah esta marcada por la llamada al recuerdo de Allah y a glorificar Su Majestad. La mayor parte de los versículos de esta surah es en realidad dirigida al Profeta (saws), por lo tanto, una invitación implícita a fusionarse con él, seguir sus pasos y ser “tocado” por la llamada coránica.

Reflexiones

1- Los primeros versículos, desde el 1 al 6 es evocado el Temor extremo, la profunda angustia y la inmensa aprehensión que se apoderará de los rostros de los humanos en el Día del Juicio. El advenimiento de El Acontecimiento (Al-Waqiah), es una verdad aterradora que todo creyente debe tener por cierta (debe tener certeza y creer que este acontecimiento ocurrirá). Debe además prepararse para eso si quiere escapar del Castigo. Estos primeros versículos describen escenas apocalípticas, y deben ser recitados con un profundo sentimiento “temor reverencial”, nombrado/mencionado en el Sagrado Corán como Makhafa o Khauf, que no es otra cosa que el temor al castigo divino, al Infierno.
En cuanto a La Gente de Allah, ellos temen con la misma sinceridad (o intensidad) o más aun, (pero temen) el ser excluidos de Su Presencia.
El Maqam que corresponde a este estado espiritual es el temor, Khauf, principio fundamental en la escala de los Ahwal o estados preconizados por la religión y la espiritualidad islámica. Uno debe experimentar este temor respecto a la solemnidad del día del juicio final, elocuentemente descriptos en los versículos iniciales. “No habrá nadie que pueda negar su acontecer”. Algunos serán elevados y otros serán rebajados, la tierra será sacudida y las montañas serán reducidas a polvo.

2- Los versos del 7 al 11 mencionan que en el Día del Juicio, la gente será dividida en tres categorías distintas: la bendita gente de la derecha “Ashab al-Maymana”, la maldecida gente de la izquierda “ashāb al-maš’ama”, y los Adelantados “As-Sabiqun”. Esta división tripartita origina la esperanza en Allah a fin de que Él coloque a Sus siervos entre los Adelantados, los que gozan de Su Proximidad.
En términos altamente elogiosos, Allah describe el esplendor del Qurba (proximidad) con el fin de incitar a los creyentes a que actúen y se esfuercen para alcanzarla. Divina, esta descripción atiza el deseo ardiente (shawq) entre los creyentes para que esperen ser reunidos entre aquellos a los que Allah escogerá para estar en Su Presencia.
El Maqam que corresponde a esta secuencia es el Rajā’ (la esperanza) en la Misericordia de Allah. Una sola mirada Suya es suficiente para que la vida de un hombre cambie, para elevar el alma hacia Él y para apaciguar su corazón.

3- Los versículos del 12 al 40 vuelven a trazar de manera alusiva y aproximativa las gracias paradisíacas y los favores celestiales que disfrutaran los creyentes. La finalidad espiritual de esta descripción es incitar a los creyentes que languidecen por (alcanzar) el Paraíso y por su Señor. Si ellos desean el Paraíso, es porque es el «lugar» de reencuentro con Allah y donde se esta en compaña de nuestro Bienamado Muhammad, salla Allahu ‘alaihi wa sallam.
Este estado espiritual es experimentado en el Maqam del Shawq (deseo ardiente o anhelo espiritual). Si Allah proporciona tantos detalles sobre la vida Paradisíaca es para invitar a sus bienamados a reunirse allí y encontrarLo.

4- Los siguientes versículos, del 41 al 48, describen el infierno y los castigos que están reservados para los incrédulos. Sin embargo, la sensación que todo creyente debe sentir ante esta advertencia es Taqwa. El significado de este término gira en torno a la idea de protección, la prevención, la inmunidad. Si llevamos a cabo las buenas acciones, (sālihāt) es para evitar la ira de Allah, para evitar su castigo.
El estado espiritual que corresponde a este sentimiento es naturalmente la taqwa, que se define como una conciencia permanente mediante la cual se busca vislumbrar la Presencia de Allah (swt) a cada instante, evitando los actos susceptibles de provocar Su colera y de obrar para obtener Su Satisfacción. Ibn Ashir dice: El significado de la Taqwa consiste en obedecer las ordenes divinas y evitar Sus prohibiciones”.

5-Los versículos 49 al 56 presentan una nueva advertencia, mucho mas fuerte, recordando la veracidad y la seriedad de las promesas y las advertencias pronunciadas por Allah. A ojos del creyente, esta advertencia genera un sentimiento de certidumbre (Iqan). Este concepto designa la confianza absoluta y la firme creencia en el Wa´d y el Wa´id (la promesa y la advertencia), dos principios coránicos: todo aquellos que Allah ha dicho se cumplirá. “Y Allah no faltara jamás a Su Promesa”. Ninguna duda puede mancillar esta promesa. El Reencuentro (Al-Miqāt) reunirá seguramente a todos los humanos, los primeros y los últimos, cualquiera sea su edad, religión o posición. Todos reunidos en igualdad de condiciones, para recibir el juicio final.
El Maqam en el cual se “vive” esta advertencia es el del Zuhd (desprendimiento). En efecto, aquellos que están apegados a los placeres mundanales, las pasiones efímeras y a las fugaces ilusiones no son concientes de que llegará un día en que todos seremos juzgados por Allah (swt), donde nada importe y será tenido en cuenta “Solo quien venga a Allah con un corazón puro” (Surah 26 versículo 89)

6- Los versos 57 a 73 se centran en las manifestaciones de un Nombre divino, que ocupa un lugar prominente en la escala de los atributos de Allah. Este es Al-Khāliqiyya (El Poder de Crear, atributo específico y exclusivo de Allah). Allah (swt) evoca varios hechos naturales que demuestran la inmensidad del universo, la precisión de sus Leyes y la disposición de sus fenómenos. Mostrando de manera clara la Sabiduría Divina, estos aspectos exhortan a los creyentes a meditas en El Libro del Universo perfectamente armónico y a reconocer la incapacidad del entendimiento humano para penetrar en estos misterios. El reconocimiento de esta incapacidad conduce al hombre a su verdadera condición de servidumbre, ‘ubūdiyya, condición que lo insita a su vez a adornarse con una sincera humildad. Los fenómenos naturales evocados son: la tierra cultivada, el agua y el fuego. Particular reminiscencia de los cuatro elementos.
Estos pasajes corresponden al Maqam del Tahayyur (asombro o desconcierto). La inteligencia humana es fuertemente alentada a meditar sobre la grandeza de la naturaleza, las estrellas, los cielos y los innumerables secretos que permanecerán para siempre sin explicación. El creyente reconocerá así sus limitaciones, se dirigirá humildemente hacia Allah (swt) para ser instruido «Temed a Allah, y Allah os enseñará” (2-282).

7-Los versículos 75 a 82 recuerdan la noble Quintaesencia de la Palabra divina, revelada sobre el corazón del Bienamado (saws). Estas palabras preexistentes, el Corán, es un recuerdo (tadhqira). Una característica propia de los seres humanos es el olvido y la despreocupación.
Todos los aspectos cósmicos atraen al hombre hacia lo bajo, velando sus ojos e impidiéndole ver, entender y sumergirse en el Océano de Luces. Además, el Corán es el remedio que disipa el olvido y revive el recuerdo de Allah. Este recuerdo debe ser mantenido resplandeciente, fuerte y vivaz, frente a los velos que ocultan el Conocimiento, la Verdad, para borrar todo rastro de ellos.

Estos pasajes corresponden al Maqam del Tadhakkur, el Recuerdo.

8- Los dos versículos, tanto el 74 como el 96 exhortan a los creyentes, de manera muy contundente, al Tasbih y a otras formulas de invocación. El Dhikr es una doble acción: verbal y espiritual. Por una parte el creyente se representa la Trascendencia absoluta de Allah: Ninguna criatura se Le parece, como no Se parece a ninguna de Sus criaturas, “no hay nada como Él y Él es el que todo lo oye y todo lo ve”.
Este momento de tasbih interior es vivir y revivir el corazón, la mente y el alma unidos por un movimiento único y coordinado. El objetivo es observar la grandeza de Allah que ninguna palabra y ninguna inteligencia, sin importar que tan refinadas sean, tan delgados que son, no podrían describir ni concebir.
Por otra parte, el tasbih es un acto verbal. Invocar el Nombre Supremo del Señor, mediante la formula “Subhana Rabbi Al-Azim” es una practica ritual cuyo fruto es la contemplación de la Majestad de Allah (swt). Para lograr alcanzar estos frutos el creyente debe recitar estas formulas, tasbiha, que Allah (swt) enseño a Su Bienamado (saws). El Profeta es en efecto el primero en recibir la Orden Divina de exaltar a su Señor “Así pues glorifica el nombre de tu Señor, el Inmenso”.
El estado que acompaña esta doble acción (recordar a Allah con el corazón y verbalmente) es el “Fana”, la extinción, porque nadie puede alabar a Allah y exaltarLe sin desaparecer, sin extinguirse. Nuestra existencia no es más que una ilusión, el Único Existente en realidad, es Allah (swt)….

9- La mejor manera de invocar a Allah es ciertamente la recitación del Sagrado Corán, Su Palabra preexistente. Los versos 77 a 81 son, como tal, dedicados a evidenciar toda la Nobleza del Sagrado Corán y a magnificar su realidad: “Ciertamente es un Corán Noble” (77), “En un Libro Oculto” (78), “Que no tocan sino los purificados” (79). Recordemos que la nobleza de la Palabra Divina ayuda a meditar mejor sobre Sus Signos y versículos. El creyente no olvida en ningún momento que el Corán fue revelado al corazón del Profeta, que expresa la voluntad de Allah y que es inimitable.
El Maqam en el que se encuentra el corazón por meditar en estos significados es el de la Hayba, o el sentimiento de profundo respeto al tener frente a sí la grandeza de Allah (swt).

10- Los versículos 84 a 87 delinean una imagen admirable: al momento de la muerte, nadie esta mas cerca de los seres humanos que Allah (swt)…”¿Acaso no estamos Nosotros más cerca de él que vosotros, aunque no lo veáis?”
El hombre no tiene nada además de Allah….
Esta imagen invita al Maqam del Tawakkul, o la confianza absoluta en Allah (swt).

11- Los versículos 88 al 95 recuerdan las tres categorías de caminantes hacia Allah (swt) a fin de incitar a los creyentes a tener esperanza de encontrarse entre Los Próximos a Allah…

La Alabanza es para Allah, el Señor del Universo y que Su Paz y Sus Bendiciones sean sobre nuestro Amado Mensajero, Muhammad el Elegido, y que Su Paz sea sobre su familia y compañeros.

* En 1951, Sidi Muhammad Al Madani envió una carta a los discípulos de Sfax animándoles a ama a Allah. En 2012, sesenta años después, he traducido esa carta al francés e inmediatamente el Muqaddam de la Argentina, Sidi Al-Hajj Hasan la tradujo al español. Él no solamente valoró el contenido sublime de esa carta, sino también la fuerza y la calidez de la relación epistolar que el Sheikh Al-Madani tenia con sus discípulos. Deseoso de revivir esta bella tradición, Sidi Al-Hajj Hasan me solicitó que le escribiera una carta en la cual describiera y explicara los efectos espirituales de la surah Al-Waqiah.

Yo no podré jamás alabar a Allah en la medida precisa por la confianza que mis hermanos me propician.

Yo soy absolutamente indigno…

Sidi Nejmeddine Al-Madani

Paris, 6 de Julio del 2012.

Se solamente tu sapessi …

Se solamente tu sapessi …

1. Se solamente tu sapessi ciò che sono i frutti dell’amore,

non risparmieresti la tua pena.

2. Tu per cui l’amore ardente ha minato il mio cuore! Sei come la luna piena; No! Sei

ben più bello.

3. Magnifico, tal quale una gazzella dagli occhi neri; viso splendido; quando ti

avvicini la luna piena va in ombra.

4. Eccetto voi, non ho nessuno, il Mio spirito è il vostro riscatto.

Incessantemente, imploro Allah di accordarmi la vostra soddisfazione.

5. Mio Beneamato, se l’idea di uccidermi ti aggrada; mi rimetto ad Allah, fallo

dunque!

Commento.

In questa magnifica poesia, dottrinalmente molto ricca, lo Shaykh si rivolge a più

interlocutori.

È alla coscienza riflessiva del lettore che il primo verso suona come un avvertimento,

ma anche e soprattutto come un incoraggiamento. Coloro che leggono questo

verso si vedono come aspiranti che non hanno ancora chiara consapevolezza della

posta in gioco. Effettivamente bisogna «pungolare» senza tregua la nostra anima e

designargli senza posa l’oggetto della ricerca che c’è stata data da compiere.

Questo pungolo è, tuttavia, essenzialmente quello della speranza “nell’Incontro”.

Poi, la guida si rivolge al Profeta (Preghiera e saluti su di Lui) Guida delle guide, al

centro del cuore e verso il quale convergono tutti gli sguardi dell’essere quando

l’anima “che ispira il male «, vinta, abbandona il suo ascendente dittatoriale e la sua

“stregoneria «. Egli è paragonato alla luna piena che riflette, splendente, la luce del

sole. Ma il Profeta è ancora più bello! Perché, se la luna riflette solamente la luce,

il Beneamato Muhammad non è, in se stesso, altro che il Segreto del Beneamato

Allah, di modo che il Profeta (Preghiera e saluti su di Lui) è, ad un tempo, luna (in

apparenza e nella sua qualità di “missionato” a riflette la luce del Suo Signore) e Sole

(in realtà).

Prima riduzione all’unità.

Lo Shaykh convoca, in un terzo tempo, la Comunità dei Santi di Allah, passata e

presente (i foqarà). Egli prende Allah a testimone e la sua supplica si rivolge a Lui per

onorare questo dovere, nella misura in cui, conformandosi alla Tradizione Profetica,

tale comunità è il prolungamento attuale della presenza del Beneamato (i sapienti

sono gli eredi dei profeti e gli shuyukh del Tasawwuff sono i Suoi khulafà). la Loro

soddisfazione è quella del Profeta (Preghiera e saluto su di Lui). Q: 66-8.

Seconda riduzione all’unità.

In fine, in un monologo straziante, il suo «segreto» si abbandona all’Uno per il

Sacrificio supremo. Come Sayyidna Ismaïl, vedendo il coltello di Abramo, accetta

serenamente la «scomparsa» della sua forma (il suo essere individuale). «L’omicidio»

simboleggia l’estinzione dell’égo, per andare “al di là», per mezzo e per la

soddisfazione (ridha) del Benemato. Qui l’aspirante ha realizzato definitivamente

che questo sacrificio è la vera Vita: in Lui e senza «essere» altro da Lui. Sa tuttavia

che solo il Beneamato ha il privilegio di “uccidere», perché se l’égo uccide l’égo, lo

fa solamente perdurare. Lo Shaykh, nel suo segreto, si rivolge al sacrificatore: Fallo!

(che “io” sia «Uno» per Te e con Te). Qui si ritrova tutta la dottrina tradizionale del

Sacrificio.

Terza riduzione all’unità.

Che Allah accetti i nostri tentativi di comprendere il linguaggio d’Amore che altro

non è se non quello del «Ritorno» all’Unità, e ci aiuti a legarci alla frequentazione

della parola dei Suoi Amici.

Che Allah perdoni i nostri dubbi, debolezze, errori, ignoranze, turpitudini,

dissipazioni, e li ricopra con la Sua Forza, la Sua Luce, la Sua Purezza, la Sua Unità.

Amin.

Sidi ‘Abd al-Malik, 11-02-2014.

Mouqaddam di Egletons

Francia.

al-Wird

al-Wird

eaux dans les mains

En el árabe clásico, el término «wird» significa la fuente de agua a la cual llegamos para saciar nuestra sed. Significa también el agua con la cual se riega un campo o el agua de una fuente la cual refresca a los transeúntes.

Por extensión semántica, este término se refiere a la porción/cantidad del Corán (u otras invocaciones) que uno puede tener la intención de leer o recitar. Técnicamente, este término designa también a las Suras o capítulos completos, de las letanías y practicas rituales que aquel que transita esta vía hacia Allah, glorificado Sea, se propone realizar y poner en práctica regularmente.

Esta práctica se fundamenta principalmente en el Sagrado Corán que insta a los fieles a invocar a Allah, glorificado Sea, de forma continua y generosa.

¡Vosotros que creéis! Recordad a Allah de manera abundante
(Corán surat 33, aleya 41)

Se fundamenta también en las palabras de Sayyiduna Muhammad (saws), que instaba a sus compañeros a repetir determinado “Dhikr” cien veces. Nos es suficiente prueba el hadiz recopilado por Bukhari en su Sahih:

Dijo el Mensajero de Allah (saws): “Quien diga «lā ilāha illā Allāh wahdahu lā sharīka lahu, lahu -l-mulku wa-lahu-l-hamdu wa-huwa ‘alā kulli shay’in qadīr» “No hay dios sino Allah, único sin asociados, suyo es el reino y suya es la alabanza y Él tiene poder sobre todas las cosas” cien veces en el día, obtendrá una recompensa similar a la de aquel que libera diez esclavos.”

Además, un centenar de buenas acciones le son registradas y un centenar malas acciones son borradas de sus registros, será incluso protegido de la maldad de Shaytan durante todo el día hasta la noche y nadie tendrá una mejor condición excepto quien incremente aun más este Dhikr.

En cada época, los piadosos han establecido algún/os wird/awrad con el fin de ayudar al progreso de los discípulos en el camino del conocimiento de Allah, glorificado Sea, podemos mencionar como ejemplo a Ibn Sīrīn, Sa‘d Ibn Ali al-Zanjānī o al-Imām al-Nawawī y muchos otros….

En cuanto a Sidi Muhammad Al-Madani, que Allah tenga misericordia de él, recomendaba a sus discípulos la recitación de Surat «Al-Wāqi’a» una oración o suplica por Sayyiduna Muhammad (Saws), así como también “Ayat Al-Kursi”, Surat Al-Ikhlas, Al-Falaq y tambien An-Nas. Más la repetición cien veces de “Al-Istighfar” (astagfirullah), cien veces “At-Tahliil” (siendo la manera mas completa: lā ilāha illā Allāh wahdahu lā sharīka lahu, lahu -l-mulku wa-lahu-l-hamdu wa-huwa ‘alā kulli shay’in qadīr), cien veces “As-Salawat ´ala An-Nabi” (pedido de bendiciones sobre Sayyiduna Muhammad), cien veces “Ya Latif”, cien veces “Ya Wahhab”y cien veces “lā ilāha illā Allāh al-Maliku-l-Haqqu-l-Mubīn”.

Siendo estas invocaciones un flujo de agua fresca en la cual sumergirnos para saciar nuestra sed, purificar nuestros corazones y reforzar nuestra voluntad a fin de ser conscientes de nuestra condición de «ubūdiyya» (Servidumbre). «ubūdiyya»

Así pues, recordadme que Yo os recordare….”
(Corán surat 2, aleya 152)

La gente del Amor….

La gente del Amor….

Indispensable, la Mahabba (el Amor) es el secreto de la vía que conduce hacia Allah (swt). Es la prueba misma resultado concreto de (quien adquiere) Su conocimiento.

Una vez adquirido el Amor, deberá ser nutrido, diariamente, mediante las buenas acciones, el perdón y la generosidad entre hermanos.

Aquellos que pretenden amar a Allah (swt) y a Su Mensajero (saws), sin haber pasado por (el camino de) la hermandad sincera (sin haberla saboreado) se encuentran realmente en el engaño.

Deberíamos exprimir nuestros corazones cuando sintamos que la Mahabba los ha llenado (y que muchos otros se beneficien con este Amor).

Esta narración auténtica revela los efectos de la Mahabba y como embellecen la conciencia.

La única condición necesaria es amar a Allah (swt), sin tener ningún otro interés efímero.

Fue reportado por Malik de parte de Abī Hāzim ibn Dīnār que Abu Idris Al-Khawlânî dijo: «Al entrar a la Mezquita de Damasco, vi a un joven hombre cuya sonrisa era luminosa (lit. sus incisivos brillaban) rodeado de gente.

Cuando entre la gente había alguna diferencia de opinión respecto a algún punto, se remitían a él (asnadû ilaihi) y se basaban en su palabra. Entonces le pregunté a alguien respecto a este joven y me dijo que se trataba de Mu’adh Ibn Jabal. Al día siguiente me fui temprano a la mezquita, pero vi que ya estaba allí desde antes, y se encontraba realizando su oración. Esperé hasta que finalizó y me acerque a él, le di el Salam y le dije:

* ¡Te amo por Allah!

* Él contestó: ¿¡Por Allah!?

* Yo dije: ¡Por Allah!

* Él dijo: ¿¡Por Allah!?

* Yo repetí: ¡Por Allah!

* Y volvió a preguntar: ¿¡Por Allah!?

* Yo respondí nuevamente: ¡Por Allah!

Entonces me tomo por mi manto atrayéndome hacia él, y me confío lo siguiente:

“Alégrate! pues escuche decir al Mensajero de Allah, que la Paz y las Bendiciones de Allah sean con él: » Allah, Bendito y Exaltado sea, dice: Yo doy mi amor a aquellos que se aman por mí, a los que se reúnen por mí, a quienes se separan por mí y a los que se abandonan en mí .»

Muhammad-3

Muhammad-3