En el árabe clásico, el término «wird» significa la fuente de agua a la cual llegamos para saciar nuestra sed. Significa también el agua con la cual se riega un campo o el agua de una fuente la cual refresca a los transeúntes.
Por extensión semántica, este término se refiere a la porción/cantidad del Corán (u otras invocaciones) que uno puede tener la intención de leer o recitar. Técnicamente, este término designa también a las Suras o capítulos completos, de las letanías y practicas rituales que aquel que transita esta vía hacia Allah, glorificado Sea, se propone realizar y poner en práctica regularmente.
Esta práctica se fundamenta principalmente en el Sagrado Corán que insta a los fieles a invocar a Allah, glorificado Sea, de forma continua y generosa.
“¡Vosotros que creéis! Recordad a Allah de manera abundante”
(Corán surat 33, aleya 41)
Se fundamenta también en las palabras de Sayyiduna Muhammad (saws), que instaba a sus compañeros a repetir determinado “Dhikr” cien veces. Nos es suficiente prueba el hadiz recopilado por Bukhari en su Sahih:
Dijo el Mensajero de Allah (saws): “Quien diga «lā ilāha illā Allāh wahdahu lā sharīka lahu, lahu -l-mulku wa-lahu-l-hamdu wa-huwa ‘alā kulli shay’in qadīr» “No hay dios sino Allah, único sin asociados, suyo es el reino y suya es la alabanza y Él tiene poder sobre todas las cosas” cien veces en el día, obtendrá una recompensa similar a la de aquel que libera diez esclavos.”
Además, un centenar de buenas acciones le son registradas y un centenar malas acciones son borradas de sus registros, será incluso protegido de la maldad de Shaytan durante todo el día hasta la noche y nadie tendrá una mejor condición excepto quien incremente aun más este Dhikr.
En cada época, los piadosos han establecido algún/os wird/awrad con el fin de ayudar al progreso de los discípulos en el camino del conocimiento de Allah, glorificado Sea, podemos mencionar como ejemplo a Ibn Sīrīn, Sa‘d Ibn Ali al-Zanjānī o al-Imām al-Nawawī y muchos otros….
En cuanto a Sidi Muhammad Al-Madani, que Allah tenga misericordia de él, recomendaba a sus discípulos la recitación de Surat «Al-Wāqi’a» una oración o suplica por Sayyiduna Muhammad (Saws), así como también “Ayat Al-Kursi”, Surat Al-Ikhlas, Al-Falaq y tambien An-Nas. Más la repetición cien veces de “Al-Istighfar” (astagfirullah), cien veces “At-Tahliil” (siendo la manera mas completa: lā ilāha illā Allāh wahdahu lā sharīka lahu, lahu -l-mulku wa-lahu-l-hamdu wa-huwa ‘alā kulli shay’in qadīr), cien veces “As-Salawat ´ala An-Nabi” (pedido de bendiciones sobre Sayyiduna Muhammad), cien veces “Ya Latif”, cien veces “Ya Wahhab”y cien veces “lā ilāha illā Allāh al-Maliku-l-Haqqu-l-Mubīn”.
Siendo estas invocaciones un flujo de agua fresca en la cual sumergirnos para saciar nuestra sed, purificar nuestros corazones y reforzar nuestra voluntad a fin de ser conscientes de nuestra condición de «ubūdiyya» (Servidumbre). «ubūdiyya»
“Así pues, recordadme que Yo os recordare….”
(Corán surat 2, aleya 152)